Hay personas que sonríen mucho y que cuando las ves por primera vez, te hacen sentir bien. Personas que son capaces de iluminar tu día con tan sólo oírlas y que con sus ocurrencias, hacen que olvides tus preocupaciones.
Pero ¿cómo puede una persona que siempre se muestra tan feliz, esconder tanta angustia? Es decir, cuando uno se siente triste, es casi imposible contener las lágrimas, el mal humor y la cara de preocupación. Quienes logran disimular escudándose en una sonrisa, son verdaderos todos unos ilusionistas.
Nadie supone que hay cosas que van más allá del exterior. Nos quedamos con lo que vemos a simple vista y no pensamos en lo que puede haber detrás. Pero hay quienes luchan constantemente con demonios internos que no quieren dejar salir. A veces, esto puede reflejarse como un lapsus de tristeza que pasa por desapercibido o que no se toma en serio.
Después de todo, para esa persona es una lucha silenciosa que proviene del miedo a decepcionar a quienes siempre la ven feliz y bromista.
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